Por Juan Carlos Thoret
Se fue un año más en la NFL lleno de emociones, alegrías, decepciones, sorpresas y tristezas; una campaña que empezó con incertidumbre, pero que terminó con mucha felicidad.
El año arrancó con dudas desde la obtención del título de Green Bay, el cual significó el término del contrato colectivo de trabajo, pero con la esperanza de que se llegara a un acuerdo lo más rápido posible. Los días pasaron, las semanas transcurrieron y los meses llegaron; el paro laboral fue inminente y las reuniones se volvieron constantes entre los dueños y el representante de los jugadores Demaurice Smith.
Conforme más pasaba el tiempo, incrementaba el suspenso y el drama. Las negativas de los dueños generaba molestias en los jugadores; mientras que las peticiones de los protagonistas del deporte de las tacleadas, inconformaban a los que controlan los ingresos económicos de la liga. En fin, un problema infinito que no dejaba ver para cuándo terminar el conflicto, y donde sólo había una víctima... los aficionados.
El 25 de julio terminó la agonía con un final que significó oxigeno puro para los fanáticos de la NFL. El comisionado Roger Goodell y el director ejecutivo de la NFLPA, Demaurice Smith, salieron a anunciar que habría futbol americano al llegar a un acuerdo. Una larga espera la que se tuvo que aguantar y que mantuvo a todos al borde del precipicio... Y que al final sólo tuvo como cuestión negativa la suspensión del partido del Salón de la Fama.
Con el nuevo contrato colectivo, los jugadores tuvieron que adaptarse rápidamente al poco tiempo de preparación, los nuevos entrenadores difundieron su filosofía de manera precoz, los equipos trabajaron a marcha forzada para llegar al punto optimo de uno de los deportes más exigentes. La Temporada Regular arrancó sin contratiempos; sin embargo, algunas franquicias tuvieron que improvisar con jugadores nuevos debido a las lesiones. Uno de ellos, los Colts. La franquicia de Indianápolis anunció que se quedaban sin uno de sus referentes históricos, Peyton Manning, una de las cuestiones más difícil de asimilar para el equipo que tenía la ilusión de jugar el Super Bowl en casa. Los de Indiana sufrieron su baja, terminando como el peor equipo de la campaña, teniendo el 'privilegio' de tener a la primera selección el próximo draft. Al final Indianápolis sí tuvo la fortuna de ver a un Manning en el Super Domingo, empero, fue a su hermano menor, con una historia que ya todos conocemos.
Este año también hubieron sorpresas, y quién más se gana este puesto que los 49ers. San Francisco llegó con una infinidad de dudas; Jim Harbaugh, un coach novato traído de la Universidad de Stanford y que a la postre fuera nombrado el mejor en su puesto; la confianza recaía de nueva cuenta en el quarterback Alex Smith, quien como si fuera un gato, utilizó su séptima temporada para brillar; cuestiones que sólo la gerencia californiana confiaba. Los 49ers siempre se mantuvieron en la cima de la División Oeste, nadie les dio batalla; sus rivales de la Conferencia Nacional, con excepción de Green Bay, siempre los vieron hacia arriba. Sin más, San Francisco rompió pronósticos y generó críticas positivas, llegando a la antesala del Super Bowl, al perder en la Final de Conferencia antes los Giants en un partido no apto para cardíacos.
Esta temporada en la NFL también nos dejó con buenas actuaciones individuales.
Cam Newton hizo valer su condición de haber sido la primera selección del pasado draft y rompió varia marcas, entre las que destaca como: el mariscal de campo novato con más anotaciones terrestres (13); más yardas en su debut (422); y ser el primer jugador en tener por lo menos 4 mil yardas por aire y 500 por tierra en la misma temporada. Sin duda, un año fenomenal para el egresado de Auburn pero lo llevaron a formar parte del Pro Bowl ante la ausencia de Eli Manning.
Rob Gronkowski sigue enfilandose como una de las mejores alas cerradas del momento; rompió el récord de más yardas para un jugador de su posición con mil 327, además de más anotaciones con 17, ganándole a Jimmy Graham.
Aaron Rodgers no pudo refrendar el titulo del año pasado, empero, sigue haciendo historia con los Packers, haciendo olvidar pronto el legado de Brett Favre. El #12 de Green Bay logró acabar con el mejor rating de un pasador con 122.5 en un año que lo llevaron a ser el Jugador Más Valioso; además de guiar a una temporada buena a los 'Cabeza de Queso', quienes perdieron el invicto hasta la Semana 15 de manera sorpresiva ante los Chiefs. Packers terminó con su temporada tras pasar factura a Giants en el Juego Divisional y perder, en lo que fue su peor actuación del año, 37-20 en el Lambeau Field.
Pero sin duda, el que se llevó las ovaciones fue el mariscal de campo de los Saints, Drew Brees. El egresado de Purdue logró romper una de las marcas más difíciles implantada por Dan Marino en 1984, con más yardas lanzadas en un temporada. Brees despedazó el récord con 5 mil 476, dejando en el pasado las 5 mil 84 de su homólogo. De no haber tenido una temporada excelente el quarterback de New Orleans, Tom Brady habría sido el que tuviera el récord, puesto que también rebasó a Marino con 5 mil 235. Este año se lo llevaron los mariscales de campo, al ser el primer año en la historia de la NFL en que tres jugadores de esa posición alcanzaron las 5 mil yardas; el otro fue Matthew Stafford, quien sumó 5 mil 38.
Un año más se nos fue, pero que, sin duda, rompió las expectativas que esperábamos. Los Giants se coronaron como nuevos campeones de la NFL tras un juego más que emocionante en el Super Bowl XLVI ante Patriots, lo que demostró que este año fue uno de los mejores de la franquicia, sino es que el mejor. En fin, esta fue una temporada exitosa y que nos dejará con el ansia de aguantar a la próxima, empero, quedaremos satisfechos de lo visto hecho este año. Esperaremos que este ayuno termine y pase rápido para volver a disfrutar de uno de los deportes más excitantes del planeta.
¡NFL, esto no es un hasta siempre... es un hasta pronto! Gracias por este año.
Tomado de FOX SPORT
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